La resiliencia de los datos consta de tres funciones esenciales:
- Los datos deben ser inmutables, no pueden modificarse ni eliminarse y deben conservarse mientras lo exija la política de la organización.
- Los datos almacenados y transmitidos deben utilizar un cifrado sólido y controles de acceso para evitar el acceso no autorizado. Esto protege los datos de actividades maliciosas como el ransomware y garantiza que los datos conserven la confidencialidad y la integridad.
- Los datos deben estar disponibles, ser redundantes y ser capaces de tolerar fallos y otras interrupciones sin puntos únicos de fallo.